Un encuentro casual crea un anillo de 'diamantes' en el cielo

Utilizando el telescopio VLT (Very Large Telescope) del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, un equipo de astrónomos ha captado la llamativa imagen que ha creado el encuentro entre la nebulosa planetaria PN A66 33 y una estrella. El resultado es un una especie de anillo de 'diamantes' inusualmente simétrico, según han apuntado los expertos, ya que aparece en el cielo con perfecta forma circular.
   La mayor parte de las estrellas con masas similares a la del Sol acaban sus vidas como enanas blancas, cuerpos pequeños, calientes y muy densos que se enfrían muy despacio a lo largo de miles de millones de años. En el camino hacia la fase final de sus vidas las estrellas lanzan al espacio sus atmósferas y crean nebulosas planetarias, coloridas nubes brillantes de gas que envuelven a las pequeñas y refulgentes reliquias estelares.
   En esta imagen se puede ver una nebulosa planetaria asombrosamente redonda, situada a unos 2.500 años luz de la Tierra. Ser tan perfectamente redonda es poco común en estos objetos, ya que normalmente algo perturba la simetría, haciendo que la nebulosa planetaria acabe adquiriendo formas irregulares.
   La fotografía capta como la refulgente estrella situada en el borde de PN A66 33 crea esta hermosa visión. Se trata tan solo de un alineamiento casual. La estrella, llamada HD 83535, se encuentra en primer plano, frente a la nebulosa, a medio camino entre la Tierra y la PN A66 33, justo en el lugar adecuado para embellecer aún más la imagen. Juntas, crean un anillo de 'diamantes' centelleante.
   En el interior de la nebulosa, visible como una diminuta perla blanca y ligeramente descentrada, se ve el remanente de la estrella progenitora de la nebulosa en el proceso de transformarse en una enana blanca. Aún brilla (es aún más luminosa que el Sol) y emite la suficiente cantidad de radiación ultravioleta como para hacer que resplandezca la burbuja de atmósferas expulsadas al espacio.

 

Científicos detectan por primera vez ecos del Big Bang

La "primera evidencia directa de inflación cósmica", ocurrida hace 14.000 millones de años, fue observada mediante un telescopio en el Polo Sur, y fue anunciado por expertos del Centro de Astrofísica (CfA) de Harvard-Smithsonian.
La existencia de estas ondulaciones del espacio-tiempo, primer eco del Big Bang, previsto en la teoría de la relatividad de Albert Einstein, da testimonio de la expansión extremadamente rápida del universo en la primera fracción de segundo de su existencia, una fase conocida como inflación cósmica.
"La detección de estas ondulaciones es uno de los objetivos más importantes en cosmología en la actualidad y resulta de un enorme trabajo llevado a cabo por una gran cantidad de investigadores", señaló John Kovac, profesor de astronomía y de física en el CfA y jefe del equipo de investigadores BICEP2, que hizo el decubrimiento.
"Era como encontrar una aguja en un pajar, pero en su lugar hemos hallado una barra de metal", dijo el físico Clem Pryke, de la Universidad de Minnesota, jefe adjunto del equipo.
Para el físico teórico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, el avance "aporta un nuevo esclarecimiento sobre algunas de las cuestiones más fundamentales para saber por qué existimos y cómo comenzó el universo".

Científicos, cerca de hallar las células 'refugio' del VIH

Las células T, responsables de coordinar las defensas de las células, podrían ser el refugio del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida y capaz de persistir en estas no obstante los tratamientos.
En una investigación, realizada en el Hospital de Massachusetts y el Instituto Ragon (EE. UU.) por los científicos María Buzón y Enrique Martín-Gayo y su equipo, se descubrió una pequeña población de células T, que tienen una gran longevidad, son susceptibles a ser infectadas y podrían ser un buen nicho para el VIH latente.
El estudio fue divulgado en la última edición de la revista Nature Medicine.
Vale la pena anotar que aun cuando los fármacos antirretrovirales modernos son capaces de suprimir la replicación del VIH y permitir a las personas infectadas llevar una vida normal, el virus del sida no desaparece del todo del organismo, debido a la existencia de reservorios en los que permanece listo para volver a activarse, si el paciente abandona la medicación.
La búsqueda de esos reservorios es uno de los caballos de batalla de la inmunología actual, que trata de acabar con estos para eliminar la infección.
“La mayoría de las células humanas, incluidos los CD4 que suelen ser infectados por el virus, tienen una vida corta, a lo cual se debe el misterio de cómo podría sobrevivir el VIH en el organismo no obstante el eficaz tratamiento”, según Mathias Lichterfeld, responsable de enfermedades infecciosas en el Hospital de Massachusetts y uno de los autores del trabajo. Esa idea los llevó a investigar la posibilidad de que el virus utilizara células madre, con una supervivencia mayor, para mantenerse latente durante décadas.
Las células T tienen propiedades similares a las de las células madre (además de ser longevas, son capaces de reproducirse para dar lugar a otras células más especializadas).
Citada por El Mundo, de España, Buzón explica que las células madre específicas de cada órgano, las que permiten ir regenerando los tejidos cuando sufren algún daño, o las que dan lugar a todos los linajes sanguíneos del organismo, son inmunes a la infección del VIH.

 

Científicos argentinos logran avance clave para terapia en la retina

Un equipo de científicos argentinos logró un avance clave para la terapia futura de problemas en la visión al obtener en el laboratorio células progenitoras de la retina a partir de células madre adultas provenientes de tejido adiposo. Este avance es fruto del trabajo del Centro de Investigación en Ingeniería de Tejidos y Terapia Celulares (CIITT) de la Universidad Maimónides, de Buenos Aires. "Esto nos da una gran posibilidad terapéutica porque comenzamos a producir, a partir de las células del propio individuo, células que tienen un potencial terapéutico", dijo en una entrevista el director del CIITT, el médico Gustavo Moviglia.
A diferencia de otras investigaciones donde se utilizan con fines terapéuticos células embrionarias o células que son modificadas genéticamente en un laboratorio, los científicos argentinos han trabajado a partir de células obtenidas de tejido graso. "Era un gran desafío porque de las células a las que menos confianza le tenía la gente de que se podrían llegar a transformar en células del ojo eran las de la grasa... y tuvimos suerte", afirmó Moviglia, con 27 años de experiencia como investigador en el área de la biología celular.
El proceso implica la utilización de un particular subgrupo de linfocitos en un cultivo junto a células del tejido adiposo del paciente, que de esta forma logran diferenciarse para obtener células con potencial reparador de la retina. "Con esta población de linfocitos, las células de la grasa al día siguiente eran un poco distintas. Y al tercer día empezaron a aparecer estructurar propias del ojo, es decir, las células ya adquirieron no solo los marcadores del ojo sino también las formas, como los conos o los bastones", explicó Moviglia.
De modo similar, en el pasado el equipo del CIITT ha demostrado que puede obtener a partir de cultivos con linfocitos células progenitoras neurales, óseas y de islotes de Langerhans (islotes pancreáticos). Ahora, con el éxito alcanzado para obtener células precursoras de la retina, el equipo ha iniciado ya la fase de aplicación de estas células en ratones, para luego probar la terapia en humanos con problemas de degeneración en la retina por edad, una patología muy común en ancianos, aunque potencialmente la terapia también podría aplicarse en casos de retinopatías de origen genérico.
Muchas veces, en las terapias genéricas se utilizan células de la médula ósea, pero su extracción es dolorosa; en cambio, para obtener grasa amarilla apenas se requiere un poco de anestesia local para extraerla de debajo de la piel. Pero hay otra ventaja fundamental: hay mayor y mejor calidad de células madre en la grasa que en la médula ósea. "A medida que una célula madre se va dividiendo, con el tiempo va envejeciendo. Un paciente de 60 años tiene las células madre de su médula ósea trabajando siete días de la semana, las 24 horas del día. En cambio, la grasa ha trabajando muy poco. Comparativamente, las células de la grasa son más jóvenes porque han trabajado menos", explica Moviglia.
El investigador apuntó que, además, se ha constado que a igual volumen de médula ósea y de grasa, hay diez veces más células madre en la grasa que en la médula ósea. Por otra parte, a diferencia de otras terapias celulares, donde se utilizan células embrionarias o genéticamente modificadas con presencia de oncogenes (genes presentes en tumores), este tipo de células obtenidas a partir de tejido adiposo no genera tumores ni enfermedades autoinmunes. Asimismo, las células obtenidas "in vitro" capaces de regenerar la retina, al provenir de grasa del propio paciente (células autólogas), no producen rechazos.
Otro de los aspectos positivos de este avance se relaciona con el tiempo que demandan los procedimientos para incubar en el laboratorio las células progenitoras de la retina, que es de apenas un par de días, mientras que con otras técnicas se tarda unas cuatro semanas. Esta reducción en los tiempos se traduce en menores costes pues estos procedimientos tienen "un gran costo de laboratorio" y "por cada día que se guarda una célula en una botella de cultivo, se agrega un costo significativo", indicó Moviglia.